Serie Especial COVID-19. Columna sobre Historia y Relaciones Culturales. 15 de junio de 2021

Las diásporas chinas en América Latina como actores en la diplomacia sanitaria del COVID-19

Por Rocío Camerlengo Demmler

Durante la Cumbre de Río de 1992 se contempló la protección y promoción de la salud como parte de la agenda global (UN, 1992). No obstante, tras su inclusión en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es que se abre la puerta a un abanico de actores en la diplomacia sanitaria. Los ODS también se focalizan en aspectos sobre la gobernanza como el de Alianzas para lograr objetivos. En base a este punto es que se considera la necesidad de cooperación entre diferentes sectores para cumplir con la Agenda 2030 (Kickbusch et al, 2021: 23-4). En este sentido, los ODS plantean la necesidad de un esfuerzo colectivo para el desarrollo, que ya no sería obligación o potestad única de los estados.

A partir de los ODS, se inicia una etapa denominada como nuevo multilateralismo, que se basa en una diplomacia renovada compuesta por actores de múltiples sectores. A su vez, la correspondencia de los ODS con los procesos de gobernanza se reflejará en la diplomacia sanitaria mundial, abriendo el camino a nuevos sujetos. Este fenómeno se evidencia en los intercambios en materia sanitaria llevados a cabo durante la pandemia actual, en la que participaron diversos tipos de actores. El surgimiento de nuevos sujetos en la diplomacia sanitaria no es accidental. Cuando hacemos referencia a dicho campo probablemente pensemos en sus actores tradicionales, como los estados u organismos internacionales. Sin embargo, durante las últimas décadas se contempla el protagonismo de nuevos sujetos que provienen tanto del sector privado, como fundaciones filantrópicas y empresas, y de asociaciones civiles, como universidades y diásporas (Kickbusch et al, 2021: 50).

Nuevos actores participaron considerablemente en la diplomacia sanitaria actual. Entre ellos, las diásporas chinas alrededor del mundo han tenido un relativo protagonismo durante los primeros meses de la pandemia (IOM, 2020: 17, 26,7, 34). De acuerdo con la base de datos de donaciones sanitarias chinas en América Latina y el Caribe elaborada por el Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Católica de Chile, Brasil y Panamá registran la mayor cantidad de donaciones de la diáspora china, con 14 y 12 donaciones respectivamente. En México y Suriname se recibieron 4 donaciones en cada caso. Costa Rica, El Salvador, Chile, Ecuador, Venezuela y Jamaica contaron con tres donaciones. Por último, Argentina, Perú, Cuba y República Dominicana obtuvieron una donación (Centro UC Estudios Asiáticos). En muchos casos, las donaciones son destinadas a entidades específicas, como cuerpos policiales y sanitarios, municipios o comunidades vulnerables.

De un estudio en el que se procesaron 537 donaciones de material sanitario desde China hacia América Latina y El Caribe, se calculó que un 7% de las mismas provienen de la diáspora (Telias & Urdinez, 2020: 9). A su vez, esta fue responsable del 2% de las donaciones realizadas en Chile entre marzo y junio del 2020 (Urdinez, 2021: 9). Sin embargo, debemos tener en cuenta que las donaciones de la diáspora representan una porción mínima con respecto al total. A pesar de que el 7% de las donaciones fueron provistas por la diáspora, económicamente forman apenas el 1% (Telias & Urdinez, 2020: 9). Si bien representan una parte mínima, estas donaciones fueron realizadas en su mayoría a inicios de la pandemia cuando había una escasez generalizada de elementos de protección.

El protagonismo de actores no tradicionales en la diplomacia sanitaria mundial obedece a diversos procesos de cambios de poder que se evidencian desde las últimas décadas (Kickbush, 2013: 26-9). Uno de estos cambios de poder es aquel que trasciende a los estados. Mediante la incorporación de nuevos sujetos en la diplomacia sanitaria mundial, se modifica la estructura de su gobernanza (Kickbush, 2013: 26-9). En este escenario, se considera a las diásporas chinas como nuevos sujetos participantes en este proceso. En este sentido, las diásporas chinas en América Latina pasaron a ser actores de carácter transnacional. Su accionar durante la pandemia del COVID-19 les ha propiciado un rol en la mitigación de la urgencia sanitaria percibida en varios países de la región. A su vez, más allá de la proporción de las donaciones de la diáspora en el porcentaje global, estas reforzaron los lazos entre las diásporas y las comunidades locales, abarcándolas como parte de la solución a la pandemia, y entendiéndolas como actores transnacionales con trascendencia a nivel local.

Referencias:

Centro UC Estudios Asiáticos. Mask Diplomacy in Latin America & The Caribbean (MDLAC) Dataset v.1.0.

IOM Organización Internacional para las Migraciones. (2020). Respuestas de las diásporas de todo el mundo frente a la crisis de la COVID-19. Las mejores prácticas desde el terreno. Ginebra, Suiza.

Kickbusch, I. (2013). 21st Century Health Diplomacy: A New Relationship Between Foreign Policy and Health.

Kickbusch, I., Nikogosian, H., Kazatchkine, M., Kokeny, M. (2021). A Guide to Global Health Diplomacy. Global Health Centre.

Telias, D., Urdinez, F. (2020). China’s Foreign Aid Political Drivers: Lessons from a Novel Dataset of Mask Diplomacy in Latin America During the COVID-19 Pandemic.

UN. (1992). United Nations Conference on Environment & Development Río de Janeiro.

Urdinez, F. (2021). China´s Improvised Mask Diplomacy in Chile. Carnegie Endowment for International Peace.

Rocío Camerlengo Demmler es Investigadora en el Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y en el Centro de Investigación de Política Internacional de la Universidad de Buenos Aires (UBA).