Columna sobre Historia y Relaciones Culturales, 1 de octubre de 2019

La expansión de negocios chinos en América Latina y el Caribe en perspectiva histórica*

Por Patricia Palma y Maria Montt Strabucchi

Con la impresionante expansión comercial de China en los últimos años -incluyendo la actual pugna comercial con Estados Unidos-, se suele pensar que su política comercial es reciente, tradicionalmente asociada al proceso de reforma y apertura económica iniciada en la década de los ochenta del siglo XX. Sin embargo, la expansión comercial de China en América Latina y el Caribe está lejos de ser un fenómeno reciente, tiendas y negocios chinos han sido parte importante del paisaje urbano de muchas ciudades en la región desde mediados del siglo XIX.

Esta política puede rastrearse por lo menos un siglo antes y vincularse directamente con el proceso de la migración china, que se produjo desde 1850. A pesar de que las últimas décadas del siglo XX y primeras décadas del siglo XXI han sido testigos de la intensificación y crecimiento de negocios chinos, y migración china, a lo largo de las Américas, las raíces históricas de tal presencia son aun mayoritariamente desconocidas. No obstante, y a partir de innovadores trabajos desde la década de 1980 sobre México, Perú y el Caribe, es posible observar en los últimos años un mayor interés y desarrollo de trabajo académico sobre las experiencias sociales, culturales y económicas de la diáspora china en las Américas, y otorgando especial atención a sus relaciones sociales y económicas desde una perspectiva transnacional, algo que se encuentra en pleno desarrollo.

En este contexto, es imposible pensar en el desarrollo de negocios chinos en la región, desagregado del proceso de migración china, dos procesos íntimamente relacionados. Las primeras migraciones masivas de personas chinas a la región fueron durante el siglo XIX, y se caracterizaron por ser de mano de obra no especializada que sufrieron condiciones de vida precaria, y no contaban con protección diplomática de China.

Al terminar sus contratos en las zonas rurales durante la década de 1870, muchas de las personas chinas culíes o trabajadores libres se relocalizaron en zonas urbanas, estableciendo pequeños negocios que proveían de productos nacionales e importados a la población local. La acumulación de capital y redes de contacto de algunos miembros de los emprendedores tuvo luego como resultado el estableciendo de grandes firmas de importación-exportación, consolidándose como una elite económica influyente en temas locales relativos a la comunidad china. No obstante, el desarrollo de estos negocios se dio en contexto de hostilidad hacia la comunidad china y sus emprendimientos; este periodo fue testigo de fuertes movimientos hostilidad y movimientos antichinos en distintas partes de la región, varios de ellos terminando en hechos de violencia explícita y asesinato de personas chinas (como el caso de Torreón, Coahuila en 1911).

En este contexto, las relaciones comunitarias y la solidaridad contribuyeron a la protección de la seguridad económica de la comunidad china, vinculado a redes económicas locales y transnacionales, lo que se vio reforzado durante las primeras décadas del siglo XX, como testimonia el Directorio de negocios chinos en el mundo, publicado en 1913.

Como nos arroja un análisis del Directorio, publicado en 1913, la presencia y zonas con mayor presencia de empresas, y está directamente relacionado al número de migrantes chinos. El Directorio lista a más de 2,000 negocios chinos en América Latina y el Caribe, presente en 242 ciudades. Destaca el caso peruano: en 1913 Perú concentraba el mayor número de negocios chinos en la región, interesantemente, hoy China es uno de sus inversionistas centrales en minería. En términos numéricos, le seguían a Perú México y Panamá, países con fronteras al Océano Pacífico.

Desde una perspectiva histórica, podemos observar como la presencia de negocios chinos en América Latina y el Caribe no se remite a las últimas décadas. Una perspectiva histórica para considerar la relación actual de China con las economías latinoamericanas permite comprender las dinámicas de corto, mediano y largo plazo de la relación entre China y América Latina, así como nos muestran a los distintos actores y procesos protagonistas del intercambio, así como también los desafíos que tales intercambios contienen. La proyección de China en el mundo y la región tiende hacia una expansión global de empresas chinas en distintos sectores y países, llevando a un mayor intercambio en diversas áreas y el consecuente aumento de migración; el mayor conocimiento sobre la historia de este intercambio permite el superar errores pasados, y pensar en una relación más próspera entre China y la región de cara al futuro.

Nota: *Esta columna está basada en el artículo Chinese Business in Latin America and the Caribbean: A Historical Overview. El artículo está disponible en acceso abierto desde este enlace: http://revistes.ub.edu/index.php/JESB/article/view/j064

Patricia Palma es Docente e Investigadora en la Universidad de Tarapacá y Maria Montt Strabucchi es Docente e Investigadora en laPontificia Universidad Católica de Chile