Columna sobre Medio Ambiente y Desarrollo, 15 de Junio de 2025

¿Verde, pero suficiente?: Dimensión ambiental en el nuevo Plan de Acción 2025–2027 del Foro China–CELAC

Por Juan Esteban Echeverry
Desde su creación en 2015, el Foro China–CELAC se ha consolidado como un espacio estratégico de diálogo político y cooperación multilateral entre América Latina y el Caribe (ALC) y la República Popular China. Este mecanismo ha permitido avanzar en la institucionalización de la cooperación Sur–Sur, así como en la configuración de una arquitectura política birregional en múltiples ámbitos. En ese contexto, el eje ambiental ha cobrado una relevancia creciente, no solo por el avance de las agendas climáticas internacionales, sino también por las urgencias locales que atraviesan las sociedades latinoamericanas ante el deterioro ecológico y la presión extractiva sobre los recursos naturales.
A comienzos de 2025, con ocasión de la Cuarta Reunión Ministerial del Foro China–CELAC, se firmó una nueva edición del «Plan de Acción Conjunto para la Cooperación en Áreas Clave 2025–2027», renovando los compromisos de colaboración en un contexto internacional marcado por tensiones geopolíticas, crisis sistémicas y desafíos ambientales sin precedentes (China-CELAC Forum, 2025). Este nuevo documento plantea una serie de metas y orientaciones que buscan profundizar la relación birregional en diversas áreas, incluyendo el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente.
No obstante, cabe preguntarse: ¿qué lugar ocupa realmente la agenda ambiental dentro de esta nueva hoja de ruta? ¿Qué significan en términos concretos los compromisos allí contenidos? ¿Estamos frente a una verdadera consolidación del enfoque ambiental en las relaciones China–América Latina, o simplemente ante una narrativa diplomática con escasa capacidad transformadora?
Una narrativa ambiental en expansión
En el Plan de Acción 2025–2027, la dimensión ambiental se manifiesta a través de conceptos como bioeconomía, transición agroecológica y energética, desarrollo sostenible, energías limpias, economía azul, economía oceánica y protección de la biodiversidad (China-CELAC Forum, 2025). Esta enumeración demuestra una continuidad discursiva con respecto a planes anteriores y una alineación con los marcos internacionales de sostenibilidad, tales como la Agenda 2030, el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Asimismo, el documento incorpora líneas de acción orientadas a la cooperación en materia de prevención y control de la contaminación, la gestión sostenible de recursos naturales y el fortalecimiento de capacidades técnicas mediante la formación de personal especializado. Estas disposiciones apuntan a la construcción de un enfoque integral que articule la dimensión ambiental con otras áreas estratégicas como ciencia, tecnología e innovación, energía y turismo (China-CELAC Forum, 2025).
Pese a este lenguaje ambicioso, el plan carece de elementos fundamentales para garantizar su implementación efectiva. La ausencia de indicadores claros, cronogramas detallados o mecanismos vinculantes de rendición de cuentas limita severamente su capacidad de convertirse en una arquitectura funcional de gobernanza ambiental birregional. Esta ambigüedad deja en evidencia la brecha existente entre los compromisos declarativos y su posible aplicación práctica.
Debilidades estructurales y riesgos de instrumentalización
La falta de mecanismos de monitoreo, evaluación y seguimiento plantea serias dudas sobre la eficacia del plan y, en última instancia, sobre la voluntad política real de los actores involucrados. Esta situación pone en entredicho la credibilidad del Foro China–CELAC como plataforma eficaz de cooperación ambiental, especialmente en un momento donde la urgencia ecológica requiere acciones concretas y medibles.
Asimismo, resulta preocupante la escasa mención a la participación de comunidades locales, pueblos indígenas y actores de la sociedad civil en la formulación e implementación de los compromisos ambientales. La exclusión de estos actores clave no solo empobrece la calidad democrática de la cooperación, sino que también compromete la legitimidad y sostenibilidad de las políticas adoptadas.
Comparado con planes anteriores (2015–2019 China-CELAC Forum, 2015, 2019–2021 China-CELAC Forum, 2018, y 2022–2024 China-CELAC Forum, 2021), el nuevo documento presenta una continuidad temática evidente. El eje ambiental continúa siendo transversal, sin embargo, el Plan 2025–2027 introduce mejoras en ciertas áreas, tales como el fortalecimiento de la cooperación en ciencia y tecnología marina, la generación de capacidades locales y el intercambio de experiencias exitosas (China-CELAC Forum, 2025). Estos avances, aunque incipientes, podrían sentar las bases para una cooperación más concreta si logran traducirse en acciones coordinadas y sostenidas.
Oportunidades y desafíos para América Latina
Pese a sus limitaciones, el nuevo plan de acción representa una oportunidad significativa para repensar el papel del eje ambiental en la cooperación China–América Latina. Si bien los enunciados no constituyen por sí solos garantías de transformación, sí ofrecen un marco que los Estados latinoamericanos podrían aprovechar activamente para avanzar hacia modelos de desarrollo más sostenibles, justos e inclusivos.
En este sentido, la responsabilidad recae, en gran medida, sobre los propios gobiernos latinoamericanos, quienes deben ser capaces de apropiarse del plan y adaptarlo a las realidades locales, estableciendo prioridades claras, marcos regulatorios sólidos y mecanismos participativos efectivos. No basta con adherirse a los grandes principios de la economía verde o de la transición energética si estos no se traducen en políticas públicas con impacto tangible, financiamiento adecuado y temporalidades definidas.
Igualmente, es urgente evitar que el discurso ambiental sea instrumentalizado como una herramienta meramente simbólica o diplomática. El riesgo de que el compromiso ambiental funcione como un «barniz verde» para legitimar intereses económicos o geopolíticos es real, especialmente considerando los antecedentes de inversiones chinas en la región en sectores como minería, energía e infraestructura, muchas veces asociados a conflictos socioambientales.
¿Cooperación ambiental o diplomacia simbólica?
En última instancia, el análisis del Plan de Acción 2025–2027 debe ir acompañado de una reflexión más amplia sobre el uso del lenguaje ambiental en las relaciones internacionales. La “cooperación verde” puede funcionar tanto como una estrategia retórica para ganar legitimidad global, como también una vía real para articular modelos de desarrollo alternativos. Comprender esta dualidad resulta clave para evaluar la intención detrás de los compromisos asumidos.
Por ello, más que rechazar o aceptar el plan en términos absolutos, se trata de interrogar su aplicabilidad, su coherencia con las necesidades del Sur Global y su contribución efectiva a la justicia ambiental y social. Solo a través de una lectura crítica, pero también propositiva, será posible transitar de las buenas intenciones a decisiones transformadoras.
Conclusión
En un escenario global atravesado por crisis múltiples, el Foro China–CELAC y su nuevo Plan de Acción 2025–2027 se posicionan como una plataforma relevante para la promoción del desarrollo sostenible entre ambas regiones. No obstante, las ambigüedades estructurales del documento, sumadas a la falta de instrumentos de implementación concretos, revelan la necesidad de avanzar hacia una cooperación más coherente, efectiva y participativa.
El eje ambiental, aunque presente y en expansión dentro del marco discursivo, aún requiere mayor especificidad, mecanismos de seguimiento y un enfoque centrado en los territorios y las comunidades. Sólo así podrá evitar convertirse en una promesa vacía y comenzar a materializar soluciones integrales frente a los desafíos ecológicos que enfrenta América Latina en el siglo XXI.

 

Juan Esteban Echeverry es Candidato a Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Hemisferios en Ecuador. Chair Regional para América Latina y el Caribe de la Asociación Internacional de Estudiantes de Ciencia Política (IAPSS) e integrante de la Red China y América Latina: Enfoques Multidisciplinarios (REDCAEM).