Columna sobre Política y Relaciones Internacionales. 15 de Noviembre de 2024

La Nueva Frontera de Cooperación Sur-Sur: China y América del Sur en Asuntos Antárticos

Por Meijie Jiang

 

En los últimos años, la Antártida ha captado la atención global. Los países sudamericanos tienen una larga historia y una ubicación geográfica estrecha con el continente blanco. La presencia de China en la Antártida comenzó a finales de la década de 1970 y ha ido expandiendo su presencia y actividades a lo largo de las siguientes décadas. A pesar de que la Antártida está abierta a todas las naciones, existe un desequilibrio notable en términos de poder y capacidad. Un grupo selecto de países occidentales ha dominado históricamente la elaboración de normas internacionales en asuntos antárticos, asegurando así sus intereses y reforzando su autoridad en la gobernanza de la región. Estas naciones del Norte Global han mantenido su posición dominante al moldear las reglas de participación en la Antártida para servir sus propios objetivos estratégicos. En contraste, los países del Sur Global han tenido pocas oportunidades de ejercer una influencia similar. Por ello, la cuestión antártica se ha convertido en un ámbito clave para la colaboración entre Sudamérica y China.
Para China, la posición geográfica estratégica de los países sudamericanos, junto con sus conocimientos especializados, juega un papel crucial en la geopolítica antártica. Por otro lado, los países sudamericanos buscan aprovechar la capacidad financiera y tecnológica de China para impulsar su propio desarrollo de gobernanza y capacidades científicas en la Antártida. Actualmente, China y América del Sur han iniciado colaboraciones prácticas en el desarrollo de infraestructuras, la investigación científica, la conservación del medio ambiente, el turismo y otros campos. La importancia estratégica de la cooperación en la Antártida dentro de la relación más amplia China-América Latina promete traer grandes beneficios a la integración más profunda de la “Iniciativa de la Franja y la Ruta” en las “naciones antárticas” de América Latina.
Con el Sistema del Tratado Antártico, la investigación científica es una tarea fundamental para todas las naciones, que no solo demuestra la fuerza global de un país, sino que también es un factor decisivo para asegurar el futuro en los asuntos antárticos. En 1984, cuando China estableció su primera estación de investigación, la Estación de la Gran Muralla, en la Península Antártica, Argentina desempeñó un papel crucial al ayudar a la expedición china a seleccionar un lugar adecuado. Este apoyo fue fundamental para que China se convirtiera en Parte Consultiva del Tratado Antártico, lo que le dio voz y voto en los asuntos antárticos. Desde entonces, China ha firmado memorandos de entendimiento sobre cooperación antártica con Argentina, Chile, Uruguay y otros países. Esta cooperación resalta el compromiso colectivo de avanzar en el conocimiento y garantizar la preservación del único ecosistema de la Antártida para las generaciones futuras.
En 2015, Chile revisó su política antártica, subrayando algunas debilidades, como la pérdida de ventaja competitiva debido a la falta de inversión en infraestructuras y logística en décadas anteriores, lo que dejó atrasado su capacidad para competir en la creciente competencia científica internacional. Mientras tanto, China, con sus altas capacidades en diseño y construcción de ingeniería, ha acumulado una gran experiencia en proyectos internacionales, ejemplificada especialmente por la construcción de la Estación de Investigación Comandante Ferraz de Brasil por la empresa china CEIEC. Esta experiencia hace de China un socio clave en proyectos de infraestructuras en la región antártica. El alcance del desarrollo de infraestructuras, que incluye la construcción y modernización de las ciudades de entrada a la Antártida, el establecimiento y renovación de estaciones de investigación y la mejora de las redes de comunicación, presenta una oportunidad fundamental para la cooperación y el avance económico sino-sudamericano en la Antártida. Estas infraestructuras no sólo atenderán las necesidades de los países sudamericanos, sino que también sentarán las bases para facilitar una mayor presencia de otras naciones en la región antártica.
En el panorama cambiante de las relaciones internacionales, la cooperación en la Antártida entre China y los países sudamericanos también se encuentran con desafíos. Debido a que las naciones latinoamericanas han estado históricamente dentro del ámbito de influencia de Estados Unidos, este país ha mostrado recelo hacia la creciente presencia de China en la región, temiendo una profunda implicación en los asuntos sudamericanos, incluida la Antártida. La reciente elección del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, introduce una nueva variable en esta dinámica. La política de “America first” de Trump y la intención de su administración de retirarse nuevamente del Acuerdo de París podrían crear espacio potencialmente más amplio para que China y Sudamérica colaboren en asuntos antárticos. Esta colaboración es particularmente crucial para abordar el cambio climático, un desafío global que requiere acción colectiva y cooperación. Además, la cooperación sino-sudamericana en la Antártida puede servir como un modelo para el resto del mundo, mostrando la colaboración entre los países en vía de desarrollo para abordar problemas globales urgentes.

 

Meijie Jiang es Doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad Pompeu Fabra de España, investigadora del Centro de Estudios de América Latina de la Universidad Sun Yat-sen de China e integrante de REDCAEM.