Columna sobre Geopolítica y Geoestrategia. 15 de octubre de 2023

Iniciativa de la Franja y la Ruta: La integración de América Latina y el Caribe

Por Eduardo Tzili-Apango

 

La Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) ha cumplido diez años este 2023, es un proyecto impulsado por China que pasó desde la construcción de infraestructuras para la conectividad, a la configuración de las geopolíticas globales. Primero, Asia y Europa –en conjunto con el Medio Oriente– se han integrado vía los corredores económicos de la Franja Económica de la Ruta de la Seda (proyectos por tierra) y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI (proyectos por mar), lo que ha resignificado el concepto de “Eurasia”. Segundo, África y los países del Pacífico han profundizado su vinculación con China y Eurasia por medio de las rutas de la seda marítima, destacando en esto la Ruta de la Seda Polar que ha abierto aún más el circuito para la circulación de mercancías por el Ártico. Tercero, América Latina y el Caribe (ALC) fueron integradas a la IFR a partir de la “periferización” de su condición geopolítica en el proyecto. Cuarto, la interconectividad global, con epicentro en China, también se ha profundizado paralelamente a raíz de la Rutas de la Seda Digital y de la Salud, mismas que han provisto de la infraestructura suave y acelerado los procesos comunicativos y de transporte.
De las regiones mencionadas, ALC fue la que se integró a la IFR de manera más tardía, lo que se explica por el cálculo estratégico que el gobierno chino mantenía sobre los intereses de Estados Unidos (EEUU) en dicho espacio. En 2016 –ya en la “era de la IFR”–, China publicó su segundo Libro Blanco para América Latina, en el cual no se hace mención a esta iniciativa ni al papel de los países latinoamericanos en el mismo. Pero, en 2017 y en la coyuntura del primer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional (al que asistieron los presidentes de Argentina y Chile), el ministro de relaciones exteriores de China, Wang Yi, caracterizó a ALC como la “extensión natural” de la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI.
Actualmente al 2023, 21 países latinoamericanos y caribeños habían firmado Memorandos de entendimiento para sumar a la IFR, lo que supone poco más del 60% de los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Pero, hay casos de desarrollo de importantes proyectos de infraestructura y de participación de empresas chinas que trabajan en la IFR en países no firmantes, como es el caso de México. Según datos del Ministerio de Comercio de China, al 2021, el “patio trasero” de Estados Unidos se había convertido en el segundo principal destino para las inversiones chinas, tan solo después de Asia con USD 450 mil millones de dólares (mmdd), y también se había posicionado como el tercer principal mercado de contratos para construcción de infraestructura, con inversiones acumuladas de USD 220 mmdd.
Lo anterior indica que la inclusión de ALC a la IFR ha sido tardía pero sumamente dinámica, y a diferencia de otras regiones, como África o Eurasia, la IFR arribó a la región latinoamericana como un proceso geopolíticamente maduro, en el que el proyecto chino ya apostaba por convertirse en la base material de la “Comunidad humana con destino común”, concepto insignia de la política exterior china en tiempos de Xi Jinping. Esto significa que la IFR en ALC no solo ha implicado la construcción de infraestructuras para la conectividad, sino también la reproducción del discurso antigeopolítico chino con el que el país asiático busca retar al discurso estadounidense. Ejemplo de lo anterior ha sido el cambio en el discurso geopolítico del gobierno chino de ALC como “patio trasero” de Estados Unidos. Hasta 2018, China reconocía tácitamente este estatus, lo que resultó en un acercamiento discreto y paulatino hacia la región latinoamericana. Pero, después de 2018 –cuando por primera vez aparece en el discurso oficial chino que ALC ya no es “patio trasero” de EEUU–, lo cual a su vez se contextualiza en la inclusión de ALC a la IFR, se observa un intento de resignificación geopolítica de ALC, por parte de China frente a EEUU, mismo que también aprovechó una tendencia latinoamericana de buscar reequilibrios estratégicos para contrarrestar la influencia estadounidense.
Así, la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha servido de plataforma geopolítica para el aumento de la presencia china en la región, pues consolida la “gran estrategia” de China a nivel material y de las ideas. Frente a la notoria ausencia de una “política latinoamericana hacia China”, lo antedicho ha supuesto la profundización de la tendencia en las relaciones sino-latinoamericanas, marcadas por una persistente asimetría comercial y riesgos de reprimarización en las economías. Sin duda, el reto para ALC es aprovechar las oportunidades que la IFR ofrece, pero siguiendo la gran enseñanza del proceso histórico de desarrollo de China: el de diseñar y ejecutar un camino propio de desarrollo, adecuado a las característica nacionales y regionales latinoamericanas. En otras palabras, “desarrollo con características latinoamericanas” y realización de la tan anhelada autonomía latinoamericana.
De cara al Tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional que se llevará a cabo los días 17 y 18 de octubre de 2023 en Pekín, los países de América Latina y el Caribe deberán replantearse los objetivos a perseguir en su relación con China. En los medios de comunicación se destaca la llegada de «varios líderes de países en desarrollo», con el presidente Gabriel Boric de Chile, como primer mandatario latinoamericano en llegar a China para asistir al Foro. La confirmación de representantes de 110 países para el Foro de la Franja y la Ruta reflejaría un importante cambio en la forma de organización global en proceso.

 

Eduardo Tzili-Apango es profesor e investigador en el Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco en México. Doctor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Maestro en Estudios de Asia y África con especialidad en China por El Colegio de México (COLMEX).