Columna sobre Economía, Comercio e Inversión. 1° de Marzo de 2025

Guerra Comercial 2.0 en una Nueva Geopolítica Disruptiva: Efectos en China, México y América Latina

Por Pamela Aróstica & Juan Carlos Gachúz

 

La reactivación de la guerra comercial en el segundo mandato del presidente Donald Trump, está redefiniendo las relaciones económicas y geopolíticas no solo entre Estados Unidos y China, sino a nivel global. Este conflicto ha creado un entorno de incertidumbre especialmente complejo para las economías emergentes, como las de América Latina. En este marco, las políticas proteccionistas y la diplomacia de los aranceles están alterando y remodelando las dinámicas del comercio internacional. La política exterior de Trump, centradas en una política de contención hacia China, también incluyen presiones sobre países latinoamericanos para que apoyen sus iniciativas. Las consecuencias son profundas y afectan la estabilidad económica de la región y en especial de México, con el desafío de adaptarse a un entorno internacional cada vez más fragmentado y a un nuevo orden geopolítico disruptivo.
China: Desafíos Económicos y Estrategias Geopolíticas
En 2025, las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos son un factor clave para la estrategia económica y diplomática china. La política de aranceles que comenzó en el primer mandato de Trump se ha intensificado, con un incremento en los gravámenes a los productos chinos. Frente a esto, China ha adoptado una postura firme, manteniendo la disposición de resolver los desacuerdos a través del diálogo, pero sin ceder ante demandas unilaterales, expresando que tomará todas las contramedidas necesarias para defender sus derechos e intereses, argumentando que estos aranceles violan las normas de la OMC y socavan el sistema de comercio multilateral.
Una de las principales justificaciones de Trump para imponer nuevos aranceles es el tráfico de fentanilo y otras drogas sintéticas responsables de más de 100,000 muertes en EE.UU. El presidente estadounidense ha afirmado que los aranceles seguirán vigentes «hasta que se detenga o limite» el narcotráfico. Sin embargo China ha rechazado este argumento, enfatizado que sus políticas de control de drogas son rigurosas y que ha cooperado activamente con Washington en este tema. Además, advirtió que los aranceles no resolverán los problemas de EE.UU., sino que afectarán aún más a las empresas y consumidores estadounidenses, alterando las cadenas de suministro global.
Más allá de la disputa comercial, China enfrenta desafíos geopolíticos más amplios. El país está buscando diversificar sus alianzas para proteger su autonomía en el orden internacional, contrarrestar la hegemonía estadounidense y posicionarse como una superpotencia. En este contexto, China ha reforzado su influencia en regiones claves como América Latina, Asia y África, a través de proyectos como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), junto a su activa participación en organismos multilaterales como la OMC. En un nuevo orden geopolítico, China ha impulsado el desarrollo de nuevas tecnologías, con el proyecto de inteligencia artificial DeepSeek, con el doble objetivo de potenciar su poder económico y contrarrestar el liderazgo estadounidense.
Para afrontar los retos de un contexto comercial disruptivo, China esta adoptando una estrategia de autosuficiencia tecnológica y reorientado su economía hacia los mercados internos y hacia los países en desarrollo, buscando reducir su dependencia de las importaciones y proteger su crecimiento económico. No obstante, las relaciones con Estados Unidos siguen siendo cruciales para los objetivos de expansión industrial de China, lo que implica que las tensiones comerciales y geopolíticas seguirán siendo un eje central en su estrategia de política exterior.
México: Tensión Comercial y Dilema Geopolítico
México se encuentra en una posición vulnerable en medio de la guerra comercial, dado su estrecho vínculo económico con Estados Unidos, su principal socio comercial. En 2025, las decisiones comerciales de Washington se agudizan con México, no solo por los aranceles impuestos, sino también por las tensiones derivadas de las políticas de Trump. La dependencia de México del comercio con EE.UU., que en 2024 representó el 83,1% de sus exportaciones en base a datos del Gobierno de México, lo coloca en una situación compleja, donde cualquier cambio en las políticas estadounidenses puede tener consecuencias graves para su economía.
El gobierno mexicano ha optado por mantener un enfoque diplomático, buscando negociar y en algunos casos, ceder para evitar mayores confrontaciones. Sin embargo, la creciente incertidumbre sobre nuevas sanciones arancelarias ha impulsado a México a explorar alternativas. En este contexto, China ha surgido como un socio clave, especialmente en áreas como infraestructura, energía y tecnología. Este acercamiento a China responde a la necesidad de diversificar las alianzas comerciales y reducir la dependencia de EE.UU., pero también conlleva riesgos, ya que podría generar fricciones con Washington, que mantiene una postura firme hacia China.
México también se enfrenta a los aranceles impuestos por EE.UU. como parte de una estrategia para presionar al país a combatir el tráfico de fentanilo y la migración ilegal. El gobierno de Trump ha dado un plazo para la negociación, pero ha confirmado que los aranceles, de hasta el 25%, entrarán en vigor el 4 de marzo, lo que acentúa las tensiones entre ambos países. Estas medidas también aplican a Canadá, resaltando las fricciones comerciales y diplomáticas.
América Latina: Fragmentación del Multilateralismo y Nuevas Estrategias Regionales
La guerra comercial entre Estados Unidos y China tiene implicaciones significativas para América Latina, cuyas economías se encuentran atrapadas en medio de la competencia entre estas dos grandes potencias. Los efectos de este conflicto no solo son evidentes en México, sino que también se extienden a otras economías de la región, que deben adaptarse a un entorno cada vez más proteccionista y fragmentado. El impacto de las políticas comerciales de EE.UU. ha puesto de manifiesto la fragilidad del sistema multilateral, ya que las decisiones unilaterales socavan las normas y acuerdos establecidos para el comercio global.
La situación es particularmente compleja para países como Chile, que se enfrenta al riesgo de aranceles a sus exportaciones de cobre, o Panamá, bajo presión por el control del Canal. A su vez, países como Brasil y Argentina se ven afectados por la volatilidad del sistema económico global. En este contexto, el MERCOSUR, que había buscado fortalecer la integración económica regional, ahora enfrenta la fragmentación del sistema comercial global. Aunque los acuerdos con la Unión Europea son un paso hacia la apertura de nuevos mercados, la incertidumbre generada por la guerra comercial complica la estabilidad de estos acuerdos.
A pesar de estos desafíos, América Latina tiene una oportunidad única para fortalecer su integración interna. La creciente polarización comercial y geopolítica podría incentivar a los países latinoamericanos a reforzar su cooperación dentro de bloques comerciales como el MERCOSUR y la Alianza del Pacífico. Este fortalecimiento podría proporcionar una plataforma más sólida para enfrentar los desafíos derivados de la guerra comercial, y en paralelo diversificar sus relaciones comerciales y fortalecer su resiliencia frente a las tensiones internacionales.
Conclusión: Adaptación y Resiliencia en una Nueva Geopolítica Disruptiva
El impacto de la guerra comercial 2.0 va más allá de los conflictos arancelarios, representa una reconfiguración profunda de la geopolítica global que afecta a todos los actores, incluidos los países latinoamericanos. Las políticas proteccionistas de EE.UU., junto con las respuestas de China y otros actores globales, están erosionando la confianza en las instituciones multilaterales que han garantizado el sistema de comercio basado en reglas. La falta de previsibilidad en el comercio internacional, aumenta la vulnerabilidad de las economías latinoamericanas, y dificulta la resolución de disputas comerciales.
La guerra comercial 2.0 subraya la importancia de una nueva estrategia para América Latina, que debe adaptarse a los desafíos que implica un orden global fragmentado y polarizado. Los países de la región necesitan encontrar nuevas formas de fortalecer sus alianzas y garantizar su estabilidad económica y geopolítica. América Latina tiene la oportunidad de consolidar su integración regional y diversificar sus relaciones externas, pero para ello será fundamental adoptar estrategias flexibles y resilientes capaces de afrontar con pragmatismo los retos derivados de un entorno internacional cada vez más incierto y disruptivo. En sintesis, la nueva fase de la guerra comercial está reconfigurando el orden global, y América Latina debe adaptarse a esta nueva geopolítica disruptiva. La clave estará en encontrar formas de fortalecer la integración interna, diversificar mercados y crear mecanismos de resiliencia frente a las crecientes tensiones comerciales globales en un nuevo orden geopolítico disruptivo.
Pamela Aróstica es Doctora (Ph.D.) en Ciencia Política por la Universidad Libre de Berlín. Directora de la Red China y América Latina: Enfoques Multidisciplinarios (REDCAEM) y del Diplomado Internacional en Relaciones de China y América Latina 2025, impulsado por REDCAEM en conjunto con UCU Business School de la Universidad Católica del Uruguay. Información (Cierre de inscripciones 23 de Marzo) en:  https://chinayamericalatina.com/diplomado-internacional/
Juan Carlos Gachúz es Doctor en Gobierno por la Universidad de Essex. Profesor e Investigador en el Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad de las Américas Puebla en México e integrante de la Red China y América Latina: Enfoques Multidisciplinarios (REDCAEM).