Columna sobre Política y Relaciones Internacionales, 15 de Diciembre de 2025

Dinámicas y perspectivas de la relación China – Colombia 

Por Claudio Rojas Rachel
La IX edición del Diálogo China–Colombia, celebrada los días 3 y 4 de diciembre de 2025 en Bogotá, en el marco de los 45 años de relaciones diplomáticas entre ambos países, confirmó una realidad evidente: la relación bilateral ha alcanzado un nivel de madurez estratégica que ya no puede ser ignorado. Comercio, inversión, infraestructura, energía y digitalización convergen en una agenda que abre oportunidades, pero también revela desafíos históricos para Colombia.
Durante el encuentro quedó claro que la relación con China trasciende el mero intercambio económico: se trata de una alianza estructural que impacta la productividad, la conectividad territorial y las capacidades tecnológicas del país. En este contexto, Colombia enfrenta el desafío de aprovechar los beneficios de la relación sin depender exclusivamente de sectores tradicionales y sin descuidar la sostenibilidad ambiental.
Un intercambio comercial que cambió de escala
En las últimas dos décadas, el comercio entre China y Colombia pasó de cifras modestas —menos de 1.000 millones de dólares en el año 2000— a superar los 18.000 millones en 2023, según datos del Banco de la República. China se consolidó así como el segundo socio comercial de Colombia, solo detrás de Estados Unidos. Este crecimiento refleja tanto la expansión de la economía china como el interés colombiano por diversificar sus mercados y reducir la histórica dependencia de Norteamérica.
China se ha convertido en el principal comprador de carbón colombiano, absorbiendo alrededor del 30 % de las exportaciones del mineral, y uno de los mayores compradores de petróleo, con aproximadamente el 15 % de las ventas externas de crudo. Esta demanda ha sostenido ingresos fiscales significativos a través de royalties y ha generado empleo en regiones como Cesar y Casanare. La relevancia de estos sectores para la economía regional y nacional no puede subestimarse: financian infraestructura, educación y servicios públicos, al tiempo que dinamizan la actividad económica local.
Simultáneamente, Colombia importa de China maquinaria industrial, electrodomésticos, textiles y materiales de construcción a precios competitivos. Esta relación beneficia a las PyMEs, que pueden reducir sus costos de insumos, y a los consumidores, quienes acceden a bienes básicos a precios más accesibles. En otras palabras, el comercio bilateral tiene efectos directos sobre la calidad de vida y la capacidad productiva del país.
Inversiones que transforman territorios
Las inversiones chinas en Colombia se concentran en sectores estratégicos, especialmente infraestructura y energía, con el objetivo de mejorar la competitividad y la conectividad del país. Entre los proyectos más relevantes se encuentra el ferrocarril de carga Bogotá–Buenaventura, financiado parcialmente por el Banco de Desarrollo de China con 1.600 millones de dólares. Este proyecto reducirá el tiempo de transporte de mercancías de ocho a cuatro horas, disminuyendo costos logísticos hasta en un 20 % y fortaleciendo las exportaciones agroindustriales, particularmente de café, frutas y flores.
En el Puerto de Santa Marta, la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC) invirtió 300 millones de dólares para ampliar muelles y aumentar la capacidad de carga en un 40 %, beneficiando a los exportadores de la región Caribe. Estos proyectos no solo facilitan el comercio internacional, sino que también impulsan la integración territorial, generan empleo y fomentan el desarrollo económico en zonas tradicionalmente marginadas.
En el sector de energías renovables, empresas chinas como Goldwind y JinkoSolar han invertido más de 500 millones de dólares en parques solares y eólicos. Por ejemplo, el parque solar El Dorado, en Cesar, genera 100 MW y abastece a aproximadamente 150.000 hogares. Estas inversiones contribuyen a la transición energética, reducen la dependencia de la hidroeléctrica —vulnerable a sequías— y generan más de 10.000 empleos directos, además de miles de indirectos en transporte, alimentación y servicios relacionados.
Tecnología y agricultura: Cooperación más allá de lo material
Más allá del comercio y la infraestructura, la relación con China incluye transferencia de tecnología y capacitación en sectores estratégicos. En Antioquia, cooperativas de café adoptaron sistemas de riego inteligente y prácticas de agricultura de precisión, beneficiando a más de 2.000 productores. Esto incrementó la productividad en un 15 % y redujo el consumo de agua en un 30 %, fortaleciendo la sostenibilidad del sector y su resiliencia frente a la escasez hídrica.
En digitalización, empresas como Huawei han invertido cerca de 200 millones de dólares en la expansión de redes 5G en zonas rurales. Esta conectividad permite que pequeños productores y emprendedores locales accedan a plataformas de comercio electrónico, ampliando sus mercados internacionales y reduciendo barreras geográficas históricas. La combinación de tecnología, infraestructura y capacitación genera un efecto multiplicador que potencia la competitividad de Colombia en un mundo cada vez más digitalizado.
Potencial TLC y adhesión a la Franja y la Ruta
Las negociaciones del TLC China–Colombia, iniciadas en 2016, han avanzado en temas clave como acceso a mercados, propiedad intelectual y cooperación en cadenas de suministro. Aunque la firma aún no tiene fecha definitiva, ambos países lo consideran una prioridad estratégica. Para Colombia, el acuerdo representa una oportunidad de diversificar sus exportaciones más allá de Estados Unidos y la Unión Europea. Para China, refuerza su presencia en América Latina dentro de su estrategia global de expansión económica.
La reciente adhesión de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) potencia estos esfuerzos. La BRI ofrece financiamiento y cooperación técnica para infraestructura, desde carreteras y puertos hasta ferrocarriles y redes eléctricas, complementando los objetivos del TLC. Proyectos estratégicos como el puerto de Buenaventura o la modernización de redes ferroviarias se beneficiarán de este doble mecanismo, aumentando la eficiencia logística y reduciendo los costos del comercio bilateral.
Nace el Observatorio Colombo–Chino
Durante la IX edición del Diálogo se presentó el Observatorio Económico y Comercial Colombo–Chino, una plataforma diseñada para reducir la falta de datos confiables sobre la relación bilateral. El Observatorio incluye radar interactivo de comercio, informes de inversiones, análisis sectoriales y boletines sobre tendencias económicas chinas, ofreciendo herramientas útiles para empresarios, académicos y responsables de políticas públicas. Al proporcionar información clara y actualizada, la plataforma contribuye a debates más precisos y decisiones de inversión mejor fundamentadas.
Una relación con futuro: Oportunidades y desafíos
A pesar de los avances, la relación bilateral enfrenta desafíos estructurales. La economía colombiana sigue dependiendo de exportaciones primarias, lo que genera vulnerabilidad ante la volatilidad de los precios internacionales. Además, las PyMEs deben integrarse mejor en las cadenas de valor de empresas chinas, y la gobernanza local necesita garantizar que los proyectos respeten normas socioambientales.
Al mismo tiempo, las oportunidades son evidentes. La cooperación permite modernizar la infraestructura logística, reducir costos de transporte, mejorar la conectividad digital y facilitar el comercio bilateral. Si se acompaña de políticas públicas que promuevan inclusión social y equidad, esta relación puede convertirse en un motor de desarrollo sostenible y duradero para Colombia.
Las relaciones entre China y Colombia se encuentran en un momento de madurez diplomática y económica. Infraestructura, tecnología y energías renovables se han consolidado como pilares de una relación que trasciende el intercambio de materias primas. El reto consiste en garantizar que esta cooperación se traduzca en desarrollo inclusivo y equilibrado.

 

Claudio Rojas Rachel es Diplomático de carrera del Servicio Exterior de Chile. Ha sido Embajador de Chile en Filipinas y Guyana, Representante ante CARICOM y Director de la División Asia-Pacífico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Actualmente, es Profesor Asociado en la Universidad de Estudios Internacionales de Zhejiang (ZISU) e integrante de la Red China y América Latina: Enfoques Multidisciplinarios (REDCAEM).