Columna sobre Educación y Cooperación, 8 de Octubre de 2025
Del Plan de Acción Conjunto China – CELAC a la Iniciativa de Gobernanza Global: Educación, ciencia y talento como pilar
Por Meiling Chen, Peilin Chen y Yelin Liu
El año 2025 marca el décimo aniversario del Foro China–CELAC, un hito que simboliza la madurez de una relación cada vez más estratégica. En este contexto, se presentó el Plan de Acción Conjunto China–CELAC (2025-2027), una hoja de ruta que destaca por su ambicioso programa de cooperación educativa. Más allá de la ampliación de los vínculos bilaterales, el documento encarna, a escala regional, la aplicación concreta de los principios recientemente formalizados por China en la Iniciativa de Gobernanza Global (IGG).
El nuevo plan refleja una transición estratégica de la “amplitud” a la “precisión”. A diferencia del ciclo anterior, el número de becas gubernamentales se ha ajustado levemente, mientras que los cupos para capacitaciones especializadas de corta duración se han triplicado. Estos programas se concentran en áreas emergentes como la gobernanza de la inteligencia artificial, la formación de talento digital, la capacitación de académicos en nuevos medios y redes sociales, el intercambio de jóvenes dirigentes políticos y los proyectos “China + competencias profesionales”.
Según el Libro Blanco sobre la Economía Digital Global (2023), publicado por la Academia China de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, la economía digital de China alcanzó los USD 7,47 billones de dólares estadounidenses (1 billón = un millón de millones), situándose como la segunda más grande del mundo. Este contexto otorga una base práctica y sólida a la exportación del conocimiento digital chino, alejándola de la mera teoría. De igual forma, la propuesta de crear un Programa de Formación para Jóvenes Científicos de China y América Latina, junto con el apoyo a estancias de investigadores latinoamericanos en centros científicos chinos, responde a la necesidad de afrontar conjuntamente los retos de la frontera tecnológica y cimentar una base compartida de innovación.
Pocos meses después de la publicación del plan, el presidente Xi Jinping presentó el 1 de septiembre, durante la Cumbre “Organización de Cooperación de Shanghái +” (OCS+), la Iniciativa de Gobernanza Global (IGG), considerada el cuarto gran aporte de China al sistema internacional, tras la Iniciativa para el Desarrollo Global (GDI), la Iniciativa para la Seguridad Global (GSI) y la Iniciativa para la Civilización Global (GCI). La filosofía de la IGG —multilateralismo, inclusión y orientación a la acción— ya se refleja en las prácticas educativas delineadas en el marco China–CELAC.
En primer lugar, esta modalidad de cooperación constituye un ejemplo regional de multilateralismo efectivo, al superar el marco tradicional de la ayuda bilateral para construir una red de colaboración plural y multidimensional. La invitación a los países latinoamericanos a participar en la Organización Mundial de Cooperación en Inteligencia Artificial (WAICO, por sus siglas en inglés), orientada al diseño de un marco global de gobernanza de la IA, así como el estímulo a cooperar con organismos como la UNESCO en la creación de institutos de investigación en disciplinas STEM, evidencian la voluntad de China y sus socios latinoamericanos de co-crear reglas globales basadas en el consenso, no de imponer un único modelo. De este modo, la gobernanza global se concibe como un proceso complementario que enriquece la diversidad de enfoques sin sustituir el sistema existente.
En segundo lugar, el plan refleja con claridad una visión de gobernanza centrada en las personas. El eje de la cooperación se desplaza de la infraestructura física al desarrollo de capacidades humanas. Hasta marzo de 2025, China ha establecido 35 Talleres Luban acreditados en 31 países de Asia, África, Europa y América, incluido el Taller Luban de Nicaragua, el primero en el continente americano. Este centro ofrece programas en tecnología del Internet de las cosas, automatización eléctrica, mecatrónica y fabricación mecánica, equipados con líneas de producción robotizadas y módulos de práctica industrial avanzada. La iniciativa refuerza el sistema local de educación técnica y responde a la creciente demanda de talento calificado por parte de las empresas chinas establecidas en la región. Paralelamente, el plan contempla 500 plazas de formación en medios y redes digitales para profesionales latinoamericanos, con el fin de fortalecer una comunicación pública objetiva y basada en el conocimiento. Todas estas medidas comparten un mismo propósito: potenciar al individuo mediante la transferencia de saberes y competencias, generando así progreso social y prosperidad colectiva.
En tercer lugar, la cooperación China–CELAC encarna un enfoque pragmático y orientado a la acción, en consonancia con el espíritu de la IGG. Lejos de limitarse al discurso, el plan incorpora proyectos tangibles, como la creación de centros de desarrollo “China + competencias profesionales” y la promoción de programas de capacitación para agricultores. Estas iniciativas se alinean con las prioridades productivas de América Latina, donde —según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)— la modernización agrícola y la seguridad alimentaria siguen siendo temas centrales. Las tecnologías agrícolas digitales chinas ofrecen soluciones directas y adaptadas a esos desafíos.
Cabe subrayar que estas acciones internacionales se enmarcan en una estrategia nacional más amplia. El Plan de Construcción de un País Fuerte en Educación (2024-2035), publicado por el Consejo de Estado de China, establece como tareas prioritarias “abrir nuevas vías de desarrollo mediante la digitalización educativa” y “participar activamente en la gobernanza educativa global”. Esto refleja la intención de convertir las experiencias domésticas exitosas en bienes públicos globales, canalizados mediante plataformas regionales como la cooperación China–CELAC.
Del Plan de Acción Conjunto China–CELAC a la Iniciativa de Gobernanza Global, se perfila una nueva ruta de colaboración cimentada en la educación, la ciencia y el talento. Esta evolución marca el paso de una cooperación centrada en la expansión de escala hacia una gestión más profunda y basada en normas y estándares compartidos. En adelante, el intercambio humano entre China y América Latina trascenderá la movilidad estudiantil para transformarse en una estrategia integral que combine formación de talento, armonización de estándares, difusión tecnológica y construcción conjunta del discurso. Así, la cooperación educativa sino-latinoamericana no solo consolidará los lazos de la Comunidad de Futuro Compartido China–ALC, sino que también ofrecerá al Sur Global un modelo esperanzador para participar y reformar un sistema de gobernanza global más equitativo e inclusivo. En este sentido, la educación se erige como el laboratorio más visible de la nueva diplomacia china en materia de gobernanza global.