Columna sobre Geopolítica y Geoestrategia. 1° de octubre de 2022
Crisis alimentaria mundial: Latinoamérica en un contexto complejo e incierto
Por Pamela Aróstica Fernández
La guerra en Ucrania, ha tenido efectos multidimensionales y sus repercusiones internacionales marcan un punto de inflexión. El conflicto ha sido uno de los factores de la crisis alimentaria mundial, que se ha presentado en medio de otras crisis.
De acuerdo con la edición 2022 del informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo” de Naciones Unidas, el número de personas que padecen hambre en el mundo aumentó a 828 millones en 2021, lo que representa un incremento de 46 millones más que en 2020 y de 150 millones más que en 2019. Luego de permanecer relativamente sin cambios desde 2015, el porcentaje de personas afectadas por el hambre se disparó en 2020 y siguió aumentando en 2021, hasta abarcar 9.8% de la población mundial, frente al 9.3% en 2020 y el 8% en 2019. En 2021, aproximadamente 2300 millones de personas (29.3% de la población mundial) se encontraban en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave, equivalente a 350 millones de personas más que antes del brote de covid-19. Cerca de 924 millones de personas (11.7%) afrontaron niveles graves de inseguridad alimentaria, lo que supone un aumento de 207 millones en 2 años.
En la actualidad, persiste la amenaza de que las cifras aumenten aún más en los próximos meses, lo que indica que se ha producido un retroceso en los esfuerzos por acabar con el hambre en el mundo, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas.
Desencadenantes de la crisis alimentaria
¿Cuáles son los principales desencadenantes de la crisis alimentaria mundial y de las tendencias recientes de inseguridad alimentaria? Fundamentalmente son los conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania, el cambio climático con extremos de seguías o inundaciones que ponen en riesgo los cultivos, la pandemia de covid-19, las crisis económicas y políticas, más el alto costo de los alimentos y las crecientes desigualdades. Por tanto, no es una sola crisis, sino una sucesión de crisis. La invasión rusa de Ucrania se suma a estas crisis y las intensifica, dado que ha interrumpido la producción y el comercio de cultivos. Ucrania es uno de los principales exportadores de cereales y biodiésel, y la guerra ha paralizado sus ventas en el extranjero, lo que ha impulsado el índice de precios de alimentos casi hasta su máximo histórico.
El índice mensual de precios de alimentos de la onu marcó un récord poco después de que comenzara la guerra y es 73% más alto que hace 2 años. Pero también han aumentado los precios de los combustibles y hay escasez de fertilizantes, lo cual amenaza con el hambre a países de todo el mundo. Al mismo tiempo, la aceleración de las cifras de inflación histórica, junto con los riesgos de una recesión, pueden tener un impacto directo en las medidas de apoyo que ofrecen los gobiernos a su población.
Las asimetrías de la crisis
El efecto dominó de la crisis alimentaria, que amenaza con causar hambre en más países, no afecta de igual forma a todas las regiones del mundo, y las diferencias son sustantivas. En la Unión Europea se tomaron medidas desde inicios de 2022 cuando comenzó la guerra en Ucrania, para enfrentar la crisis alimentaria como un bloque, emprender programas para asegurar la provisión de alimentos, buscar proveedores de fertilizantes fuera de Ucrania, garantizar una canasta básica para las familias de menores ingresos, apoyar al sector alimentario y agrícola con subvenciones para agricultores, compilar bases de datos electrónicas sobre la disponibilidad de fertilizantes, entre otras medidas.
Al igual que en Europa, la población afectada en Norteamérica no llega a 2.5%. En cambio, en África la crisis alimentaria es más grave, dado que afecta a más de 20% de la población. Siguen Asia y Latinoamérica, donde la proporción es cercana a 9%. En Latinoamérica, la inflación se ha convertido en el principal problema de los consumidores al comprar los alimentos básicos. Es la más alta de los últimos 25 años y las proyecciones del Fondo Monetario Internacional son que la situación va a empeorar, la que podría poner en jaque el crecimiento de la región.
Impacto de la guerra en Latinoamérica
¿Cuáles son las repercusiones de la guerra en Ucrania para Latinoamérica? La guerra entre Rusia y Ucrania esta generando cambios geopolíticos, repercute en un menor dinamismo del crecimiento global, impacta en un aumento del precio de la energía, incremento de las presiones inflacionarias y en una menor disponiblidad de alimentos, aspectos que afectarán negativamente a los países latinoamericanos. Rusia y Ucrania son dos de los mayores productores mundiales de cereales básicos, semillas oleaginosas y fertilizantes, de modo que la guerra afecta las cadenas de suministro internacionales y provoca un aumento de los precios de los cereales, los fertilizantes y la energía, así como de los alimentos con que se remedia la malnutrición infantil grave. Esta compleja situación repercute en Latinoamérica. La región importa 78% de los fertilizantes que necesita (fao, 2019), lo que revela el grado de vulnerabilidad y dependencia de la región en un insumo fundamental. A ello se suma un complejo escenario interno para el 2022 y los próximos años. Con previsiones de crecimiento bajo (de 1.8% proyectado para 2022 con base en datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, cepal), fuertes presiones inflacionarias, bajo dinamismo en la creación de empleo, caídas de la inversión, inestabilidad política y crecientes demandas sociales.
Los miembros de los hogares pobres latinoamericanos sufren más los efectos del alza de precios porque es mayor su consumo relativo de alimentos y transporte, al tiempo que la inflación que afecta a estos productos aumenta la inseguridad alimentaria. También se distinguen grandes diferencias en las proyecciones de aumento de la pobreza entre los países de la región como resultado de su heterogeneidad, lo que repercute en montos de asistencia a la seguridad alimentaria más precarios y programas de ayuda más frágiles. Las proyecciones sobre los porcentajes de personas en situación de pobreza en 2022 afectarán en mayor medida a Honduras (56.3%), Guatemala (49.5%), Nicaragua (46%), Colombia (38%), México (36%), Bolivia (30.3%), Argentina (29.6%) y Ecuador (29.4%). En el otro extremo con los porcentajes más bajos de sobre proyección de la pobreza son Uruguay (4%) y Chile (8.9%).
Desafíos
¿Qué puede hacer Latinoamérica para enfrentar la crisis alimentaria? Organismos regionales, como la cepal, proponen a los países latinoamericanos que emprendan medidas inmediatas y de mediano plazo en tres sectores: (1) en política macroeconómica debe conciliar políticas que impulsen la reactivación económica con políticas que tiendan a controlar la inflación y dar sosteninbilidad a las finanzas públicas, y aplicar políticas monetaria y fiscal que fomenten el crecimiento; (2) en cuanto a la seguridad alimentaria, sostener el bienestar de las personas más pobres, no restringir el comercio internacional de alimentos y fertilizantes, mantener subsidios a los alimentos básicos, etc., y a mediano plazo, promover políticas agrícolas e industriales, apoyar la producción agropecuaria y fomentar la producción de fertilizantes. Y (3) sobre la seguridad energética, establecer mecanismos de estabilización de los precios de combustibles, entregar subsidios focalizados y temporales a personas y sectores más vulnerables, y avanzar en el desarrollo de fuentes renovables e integración energética, entre otras medidas.
Al examinar la presente crisis alimentaria mundial, un desafio clave a futuro es lograr que los sistemas agroalimentarios se transformen y se vuelvan más resilientes, para que se alcance el objetivo de proporcionar alimentos a menor costo, asequibles para todos y de forma sostenible. Este desafío, también se relaciona con la necesidad de acortar las brechas de la desigualdad y las asimetrías mediante sistemas de cooperación y ayuda para enfrentar las crisis alimentarias con los países más pobres de África y Latinoamérica.
Nota: Este tema es desarrollado en la Introducción de Foreign Affairs Latinoamérica (Octubre/Diciembre 2022) Vol.22, N°4. Detalles en: http://chinayamericalatina.com/redcaem-fal/
Pamela Aróstica Fernández es Directora de la Red China y América Latina: Enfoques Multidisciplinarios (REDCAEM). PhD. en Ciencia Política de la Freie Universität Berlin.