Columna sobre Historia y Relaciones Culturales. 15 de enero de 2023
Calendario chino: Pasado y futuro del actual ciclo
Por Fernando Reyes Matta
Muy pocos saben que el calendario lunar chino es el más largo registro cronológico de la historia, ya que data de 2.637 antes de nuestra era, cuando se introdujo el primer ciclo del zodíaco. Según lo establecido por la tradición y los viejos sabios, son cinco ciclos de doce años – cada uno con el nombre de un animal según el orden en que llegaron a despedirse de Buda al momento de su partida – los que componen el ciclo mayor del calendario chino. Así un ciclo completo dura 60 años. Actualmente, se avanza por el ciclo 78, el cual comenzó en febrero de 1984 y culminará en febrero de 2044.
Y este dato es muy importante porque convoca a preguntarnos dónde estaba China al comienzo de este ciclo, en 1984, y donde se encontrará, ya como potencia, cuando esas seis docenas de años se cumplan. En otros términos, cual es la huella conceptual, política, filosófica y cultural que China viene desarrollando en este ciclo para aportar a la humanidad.
Sin duda, el acontecimiento más importante que ocurrió en 1984 para la presencia de China hacía el futuro fue la firma de la Declaración Conjunta Sino-Británica, en la que se definió el tiempo y forma como China pasaría a ejercer la soberanía sobre Hong Kong (incluyendo la isla de Hong Kong, la península de Kowloon y los Nuevos Territorios) a partir del 1° de julio de 1997. El documento también definió las políticas básicas aplicadas en Hong Kong por China, aplicando el principio de «un país, dos sistemas». Lo acordado entre el Reino Unido y China fue que el sistema socialista no se aplicaría en la Región Administrativa Especial de Hong Kong, y el sistema capitalista de Hong Kong estaría intacto por 50 años, salvo en temas de relaciones exteriores y defensa, los cuales serían responsabilidad del gobierno chino. Por eso, especialmente en los últimos años, el gobierno chino ha reclamado que las tensiones políticas y sociales vividas en esa región especial, son un tema de carácter interno y no cabe la intromisión de otros países, especialmente cuando hay pronunciamientos desde el Reino Unido.
Pero, más allá de los hechos de protestas registrados en los últimos años, esa dualidad se mantiene y todo indica que, progresivamente, las interacciones económicas, financieras y sociales entre un sector y otro generarán una interdependencia mayor. Así, esos 50 años se cumplirán a sólo dos años de que la República Popular China pueda celebrar su primer centenario.
Ese 1984 fue un año de la Rata (aguda, tenaz, sorprendente), año ligado al elemento Madera. Porque esa es otra variable a considerar cuando se habla de un determinado año en la cultura china: es la teoría de los cinco elementos bajo los cuales se describen las interacciones y las relaciones entre las cosas: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua. Así, fue un año de trabajo, perspicacia y esfuerzo, justo lo requerido para culminar las conversaciones que habían echado a andar Deng Xiaoping y Margaret Thatcher, en la visita que la Primer Ministra británica había hecho a Beijing dos años antes.
Lo de 1997 se cumplió, se arrió la bandera británica (el actual rey Carlos III estuvo allí representando a la Corona), y se hizo la bandera china. Muy cerca, lo que había sido un pueblo de pescadores se trasformaba aceleradamente en una ciudad moderna, diseñada para el futuro, para ser sede de la explosión digital de China: Shenzhen. En pocos años pasó a ser una gran metrópoli y uno de los principales centros de producción del país, de hecho es una de las ciudades de más rápido crecimiento del mundo.
Ahora este 2023, año del Conejo de Agua, trae desafíos que cuando se mire desde lejos demostrará que ha sido un momento muy determinante: dar una reactivación fuerte a la economía, dejar atrás la pandemia y asumir las nuevas demandas de una sociedad mucho más urbana de lo que nunca fue.
¿Y cómo será el Año Nuevo Chino del 2044 cuando éste ciclo actual se cumpla? Todo indica que China estará a la cabeza de la economía mundial, no obstante desafíos mayores que enfrentará a futuro como el envejecimiento de su población. Como señala PwC en su informe The long view: how will the global economic order change by 2050? , para entonces el poderío económico estará en manos de los países emergentes, desplazando de esta forma a economías avanzadas. China, al igual que otras economías emergentes, deberá emprender una inversión sostenida y efectiva en educación, infraestructura y tecnología, teniendo en cuenta la profunda transformación que ya marca el mundo en paso de una Era Industrial a una Era Digital. El desafío de crear formas de participación dentro de su modelo político será una determinante para el liderazgo futuro de China y para la forma como el Partido Comunista de China entienda los nuevos desafíos que involucra la conducción del país. Será clave mantener las miradas a largo plazo, aportando estabilidad y generando incentivos para la innovación y un espíritu empresarial propio de las realidades del siglo XXI.
Ese 2044 será un Año del Conejo. Así si este ciclo comenzó en 1984 con un avance tan determinante como el acuerdo sobre Hong Kong, hecho con el ímpetu y la agudeza propia de la Rata, la culminación será bajo el signo de un animal que, según dice el horóscopo chino, hace que las personas nacidas en el año del conejo busquen vivir en paz y comodidad y proteger su vida pacífica. Por cierto, el mundo será otro y China será poderosa, especialmente en conocimiento y desarrollos tecnológicos avanzados. Ya estarán preparando la forma como conmemorarán ese primer centenario de la República Popular China y habrán echado a andar los primeros pasos de un nuevo ciclo de 60 años. ¿Cómo será ese mundo? Difícil imaginarlo en todos sus alcances, pero tal vez como lo desearon los seres humanos desde siglos antes, el más grande de los deseos estará en tratar de convivir en paz.
Fernando Reyes Matta es Director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China en la Universidad Nacional Andrés Bello (UNAB) en Chile.