Columna sobre Geopolítica y Geoestrategia, 15 de Septiembre de 2025

La Iniciativa de Gobernanza Global: China y su apuesta por reformar el sistema multilateral “desde adentro”

Por Ramiro Rodríguez Bausero
Con calculada oportunidad, China ha presentado este septiembre de 2025 la cuarta pieza de su arquitectura estratégica internacional: la Iniciativa de Gobernanza Global (IGG), definida oficialmente como una “directriz fundamental para salvaguardar los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas” (Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China. 01/09/2025). Este nuevo marco se suma a la tríada previa conformada por la Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG), la Iniciativa para la Seguridad Global (ISG) y la Iniciativa para la Civilización Global (ICG), completando así un entramado coherente de propuestas que apuntan a proyectar la influencia de la República Popular como promotora activa de la reforma del sistema multilateral.
El lanzamiento de la IGG no es un gesto aislado: coincide con la conmemoración de los 80 años de la fundación de las Naciones Unidas. Cabe recordar que en 1945 la entonces República de China figuraba entre las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, asegurando un asiento permanente en el Consejo de Seguridad. Hoy, Beijing busca actualizar ese legado, en un escenario en el que el orden internacional posterior a 1945 da muestras de fatiga, déficit de representatividad y creciente ineficacia.
La nueva iniciativa se sostiene sobre cinco principios rectores: igualdad soberana, defensa del derecho internacional sin “dobles raseros”, apuesta por el multilateralismo, centralidad de los pueblos y resultados tangibles. Particular énfasis recibe la no injerencia en los asuntos internos, principio al que China recurre tanto para blindar su modelo institucional como para consolidar su posición respecto a minorías nacionales, el manejo de su economía y, de manera especial, el futuro de Taiwán. No deja de resultar paradójico, sin embargo, que en nombre de ese mismo principio Beijing ofrezca hospitalidad a líderes tan cuestionados como Vladimir Putin o Kim Jong Un, cuya conducta internacional ha sido señalada precisamente por transgredir las normas que ahora se invocan.
Lo significativo de la IGG es que no plantea dinamitar el andamiaje de Naciones Unidas, sino reformarlo “desde dentro”. Tal reforma debe atender el evidente déficit de representatividad de un sistema diseñado en 1945 para un mundo de apenas 50 Estados, muy distinto al actual, con más de 190 miembros y un Sur Global que reclama voz. Tras décadas de descolonización, globalización y transformaciones geopolíticas, la ONU requiere una actualización que refleje las realidades contemporáneas.
China se presenta así como “constructor firme de la paz mundial y proveedor de bienes públicos globales”. Vincula su discurso al multilateralismo inclusivo, al desarrollo centrado en las personas y a la necesidad de abordar desafíos globales emergentes como la inteligencia artificial o el ciberespacio, ámbitos ya recogidos en su Concept Paper. La postergada concreción de la Agenda 2030 constituye, en este marco, un ejemplo de las brechas que buscan ser atendidas.
No es casual que el lanzamiento de la IGG se enmarque en el 80º aniversario de la victoria sobre Japón, conmemoración que este año cobró un matiz particularmente simbólico. El presidente Xi Jinping, flanqueado por los líderes de Rusia y Corea del Norte, presidió una imponente demostración militar en Beijing. A diferencia de lo ocurrido hace una década, la presencia de más de 20 altos representantes de Estados de Asia, África y América Latina mostró que China ya no está sola en su visión alternativa del futuro internacional.
Todas estas iniciativas se articulan con la Belt and Road Initiative (BRI) de 2013, que funciona como hilo conductor y plataforma material de la proyección china. En la reciente cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin, Xi reiteró su llamado a una “globalización inclusiva” a través de la BRI, hoy integrada por más de 140 países.
En un mundo atravesado por guerras abiertas, crisis climática, desplazamientos masivos y fragilidad institucional, gana fuerza el concepto de “comunidad de destino compartido” que Beijing viene defendiendo desde hace más de una década. Consciente de su estatura y responsabilidades, China se erige como un actor que reclama no solo espacio, sino también legitimidad para moldear el rumbo de la gobernanza global.
China ya no es la de 1945; tuvieron que pasar 30 años desde entonces para que el país comenzara su proceso de apertura al mundo, acelerado al inicio de este siglo hasta posicionar a una nación que hoy se presenta con renovada firmeza en la escena internacional. Como lo expresó Xi Jinping ante el 19º Congreso del Partido Comunista en 2017: “la nación china, con una postura completamente nueva, se yergue ahora erguida y firme en Oriente. Tras décadas de arduo trabajo, el socialismo con características chinas ha cruzado el umbral hacia una nueva era”.
Con este posicionamiento, desde los diferentes foros que China integra y lidera (como la OSC, los BRICS y el G77+China), Beijing condensa su discurso a favor del multilateralismo bajo la consigna de unas relaciones internacionales más democráticas, en el marco de unas Naciones Unidas aggiornadas. El reto será mantener la congruencia de ese discurso —muy bien recibido por buena parte de la comunidad internacional— con las acciones y respuestas concretas de Beijing ante los conflictos y complejidades de diversa índole que el planeta enfrenta, para que la mirada alternativa sea creíble y pueda concitar el respaldo del resto de una sociedad internacional que necesita de liderazgos a la altura de los desafíos que se nos presentan.
Ramiro Rodríguez Bausero es funcionario del Servicio Exterior de Uruguay. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad de la República (UDELAR), Uruguay, y Magíster en Política y Economía Internacionales por la Universidad de San Andrés, Argentina. Docente de Historia de las Relaciones Internacionales (UDELAR). Investigador. Integra la Red China y América Latina: Enfoques Multidisciplinarios (REDCAEM).