Columna sobre Historia y Relaciones Culturales. 15 de agosto de 2022

shu: El lengua(je) secreto y ancestral de las mujeres chinas

Por Sonia Toledo Azócar

                                                                  «La lengua es siempre un secreto». (Michel Foucault)

El lenguaje oculto y milenario de las mujeres chinas, el nü shu (女书, nǚ shū) emergió teñido de clandestinidad y sigilo en la China rural de antaño, en la región de Jiangyong, provincia de Hunan, al sur de China. Fue creado por las mujeres y reservado solo para su uso, se desarrolló con el objetivo de comunicar con libertad la voz femenina en una sociedad signada por el pensamiento y actuar masculino. Es considerada la única escritura del mundo generada y utilizada exclusivamente por mujeres. Si bien, se registra su descubrimiento al mundo en la década de 1980, se teoriza que su origen es milenario.

El nü shu era transmitido, como una valiosa herencia, de madre a hija y compartido entre hermanas, familiares y cercanas. Se dibuja como un diálogo cómplice; un hacer lengua en la colectividad. Toda lengua es, en efecto, un proceso construido en lo colectivo, en la interacción con los otros, sustentada en conocimientos y códigos comunes. Se trata de ritualizaciones heredadas y la existencia y práctica del nü shu dan cuenta de este fenómeno, esta lengua realidad (Milner, 2005). Según lo registra Sonsoles Lozano en su columna «Nu shu, el lenguajes secreto de las mujeres chinas» (2017), su uso se extendía a intercambiar mensajes de una casa a otra, en estos, las mujeres expresaban sus sentimientos, deseos, reflexiones íntimas y principalmente recomendaciones, visualizadas como un disfraz pero visibles en piezas ornamentales: telas, papeles, pañuelos y abanicos escritos con trazos filiformes -alargados y finos-. Al respecto, en el libro El Abanico de Seda de Lisa Lee (2005) la voz narrativa señala sobre el abanico “(…) cuando lo cojo, me sorprende lo poco que pesa, pues en él están registradas muchas penas y alegrías” (Lee, 2005: 9).

Esta idea de lo oculto se puede apreciar en que en la oralidad, el nü shu sonaba como un dialecto local pero en la escritura se desarrolló como un sistema único, impermeable y misterioso para los hombres, como lo menciona Martha Satne en su texto «La lengua china, femenina y secreta» (2011). Ahora bien, lo secreto no estaba reducido solo a los hombres, según Andrea Fischer en «Nu shu: el idioma secreto que liberó a las mujeres chinas» (2021), más allá de las fronteras de la provincia en la que nació, nadie sabía cómo funcionaba, cómo escribirlo y cómo leerlo. Las mujeres chinas de años pasados, sin tener acceso a la educación y a la escritura, produjeron una expresión lingüística propia y refinada, basada en un sistema silábico que cuenta con más de 600 caracteres, develando el poder de la palabra:

                  «De lo que yo entiendo es de bordar, tejer y cocinar,

                  de la familia, de mi esposo, de mis hijos, de mis nietos

                  y biznietos y de Nü shu”. (El Abanico de Seda, p.9)

Un registro de esta práctica son los Cuadernos del tercer día, consisten en delicados bordados escritos para enviar consejos a las recién casadas al tercer día de contraer matrimonio y las Cartas de juramento de hermandad, manifiestos de compromiso y fidelidad entre jóvenes que no compartían relaciones de sangre, como se alude en la columna «Nü shu: lágrimas al sol» de Chen Xiaorong (2018):

                     «Mis lágrimas empapan las palabras que escribo,

                  una rebelión invisible que ningún hombre puede ver

                  Que la historia de nuestra vida se convierta en arte

                  Oh madre, Oh hermanas, escuchadme”. (El Abanico de Seda, p.92)

Dadas las características referidas, esta lengua se ha considerado una práctica contestataria frente a una sociedad supeditada al patriarcado explícito, sin embargo, desde una mirada más amplia, puede leerse como la búsqueda de una voz propia e igualitaria; “un lugar para hablar”, en palabras de Giles (2009). Las mujeres campesinas y restringidas del conocimiento de la escritura y la lectura y lejos de la lengua oficial “grabaron en verso sus historias, sus poemas, correspondencia y reflexiones sobre su mundo, desde un lenguaje virgen que posibilitó la libertad” (López, 2008:47)

En tiempos actuales, instituciones chinas están realizando significativas acciones para su reconocimiento y recuperación. En el año 1995, Yang Huanyi, la última mujer en hablar nü shu, representó a China en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer y entregó gran parte de las cartas y poemas escritos en esta lengua, consolidando así su valor lingüístico y cultural.

Cabe relevar además, la recopilación y traducción de un número importante de documentos escritos por parte del estudioso Zhao Liming y en 2003, se publicó el primer diccionario sobre esta lengua. El nü shu no solo es una escritura sino una seña de identidad. Para Larraín (2003) “(…) una identidad colectiva no es más que un artefacto cultural que existe como una comunidad imaginada en la mente de sus miembros” (Larraín, 2003:67). En tanto producto lingüístico y testimonial, se manifiesta como una praxis temprana de sororidad, un ejercicio creativo de democratización de género, palabras cosidas en prendas y tejidas en telas que visibilizan lo invisibilizado.

Referencias:

Larraín, Jorge (2003). “Etapas y discursos de la identidad chilena”. En: Sonia Montecino (compiladora), Revisitando Chile: identidades, mitos e historias. Santiago de Chile: Comisión Bicentenario, Presidencia de la República, pp.67-73.

López, María Eugenia (2008) “Fang zu ge: liberando los pies”, Repositorio Institucional de la Universidad Nacional de la Plata, SEDICI, número 23, pp. 46-52

Lee, Lisa (2005). El Abanico de Seda. Editorial Salamandra: Barcelona.

Milner, Jean Paul (1980). El Amor de la Lengua. Editorial Nueva Imagen: México D.F.

Sonia Toledo Azócar es coordinadora académica del Programa de Español de la Dirección General de Asuntos Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en Chile. Es doctora en Filología Hispánica e investigadora de la lengua española.