Columna sobre Política y Relaciones Internacionales. 17  de octubre de 2022

XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China: Reafirmación de liderazgo y continuidad de políticas

Por Sergio Cesarin

El XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) es uno de los principales sucesos políticos del año y la actual realidad internacional caracterizada por emergentes tensiones geopolíticas en Europa con la incursión rusa en Ucrania, sumado a la abierta competencia estratégica entre China y Estados Unidos, lo hacen particularmente relevante; sus conclusiones definirán una “hoja de ruta” que China ha de seguir hacia el mediano plazo, en términos de su compromiso reformista en lo económico y actor clave para sostener la gobernanza global. Como ocurriera durante la Guerra Fría cuando el mundo posaba su atención en la celebración del Congreso del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), la reunión del PCCh es asumida como un punto en inflexión en la historia política china. De manera análoga al soviético, la transición política y el emergente liderazgo modulará las oscilaciones de la tensión con Estados Unidos ante una fase de redefinición geopolítica en Europa y el Indo Pacífico.

Se distingue del XX Congreso del PCUS porque no habrá criticas sobre el período anterior; a diferencia de aquel líder ucraniano (Kurschev) que intentaba construir poder ante la nomenclatura; en China un consolidado liderazgo centralizado en la persona de Xi Jinping no parece enfrentar interpelaciones a su manifiesto poder disciplinario. Sin embargo, las heridas causadas por la ruptura de “acuerdos institucionales básicos” como límites en el mandato y alternancia en el poder entre facciones, la regla llamada “7 arriba, 8 abajo” (七上八下) que habilita la selección de líderes con menos de 67 años y obliga el retiro de los mayores de 68 años (11 de los 25 miembros del Politburó han alcanzado la edad de jubilación), la campaña anti corrupción que alcanza a cuadros y funcionarios que cometieron delitos pero también a opositores, y la presunción sobre ambiciones de gobierno “vitalicia” por parte de Xi Jinping, moderan las pujas intra Partido pero no las eliminan. En este orden, será crucial la selección de nuevos integrantes del Comité Central, una figura aliada a Xi en la Comisión Central de Control Disciplinario del PCCh y la renovación del Buró Político del que, presumiblemente, surgiría su sucesor.

Más allá de la alquimia de nombres que den formato final a la estructura de conducción superior del Partido (Comité Permanente del Buró Político, Buró Político, Asamblea Popular Nacional, etc.), la historia reciente aporta certidumbre sobre futuros cursos de acción interno-externa por parte del emergente liderazgo resumidas en compendio doctrinario denominado “pensamiento de Xi Jinping”. Bajo estos parámetros la agenda de gobierno evolucionará sobre directrices encaminadas a garantizar la pervivencia en el poder del PCCh y sostener la estabilidad social en un contexto de remanentes tensiones resultados de la pandemia del COVID-19. La “homogeneización cultural” interna, presión política sobre las minorías nacionales (Uigur, Tibetana) la censura y control informativo continuarán como instrumentos claves para el logro de estos fines.

En el frente externo, el predominio de posturas nacionalistas y reivindicativas de soberanía en espacios circundantes guiará la acción externa y presupone escalar tensiones con Estados Unidos en el frente económico, militar y tecnológico; los objetivos sobre reunificación con Taiwán (moderadas por lecciones aprendidas de las dificultades que afrontan las fuerzas militares rusas en Ucrania) incluso mediante el uso de la fuerza militar, serán reafirmados, para ello, sostendrá el aumento del gasto militar tal como indican las proyecciones hacia el 2040. Todo bajo la cosmovisión que moviliza voluntades políticas tras la consecución del “sueño chino” consistente en convertir a China en un súper poder a mediados de siglo, coincidente con la celebración del denominado “segundo centenario” que en 2049 festejará los 100 años de la fundación de la República Popular.

Pese a que la economía enfrenta dificultades con un 2,8% de crecimiento esperado para este año (4,5% en 2023), para quien como Xi sufrió en su adolescencia el destierro a zonas rurales durante le Revolución Cultural, la lucha contra la pobreza seguirá siendo unos de los principales temas de la agenda económica interna. Más dificultoso aparece en el horizonte superar los impactos negativos de la pandemia, caídas en el consumo interno, desajustes logísticos, reducción del dinamismo exportador, todo en combinación con sanciones internacionales en sectores de alta tecnología (chips) y disrupciones en cadenas de producción. También sobre sus funciones aún cuentan las críticas a su gestión de la pandemia, la persistencia de confinamientos extremos, la crisis en el sector inmobiliario que golpea a estratos medios urbanos y los recelos de líderes provinciales que observan una mayor centralización del poder político y económico con base en Beijing

Objetivos de largo plazo sobre “autonomía tecnológica” persistirán y, difícilmente (pese al probable reemplazo del premier Li Kejiang por Hu Chunhua) su modelo económico Estado-céntrico revierta hacia un enfoque “pro mercado” que favorezca la inversión privada nacional y extranjera, y no sofoque el rol de emprendedores tecnológicos percibidos como demasiado liberales, pro capitalistas por desarrollar negocios en red que potencialmente escapan al control del Estado. En esta etapa de percibida agresividad Occidental, Xi Jinping reforzará capacidades nacionales de producción y desarrollo tecnológico.

Finalmente, aun cuando el XX Congreso del PCCh reafirme el poder de Xi Jinping, difícilmente su figura podrá equipararse a la de Mao, constructor de esta realidad política que a él le toca gestionar. Pensando en el futuro, el XX Congreso abrirá una etapa de incertidumbre sobre la China post Xi y la capacidad de los próximos líderes de sostener la estabilidad interna.

Sergio Cesarin es Coordinador del Centro de Estudios sobre Asia del Pacífico e India (CEAPI) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) en Buenos Aires e integrante del Comité Editorial del Working Paper Serios de REDCAEM. Es Master of Arts de la Universidad de Pekín.